martes, 23 de enero de 2007

Zapatos de charol

Tengo tres años, voy de la mano de mi madre por la Gran Vía. Mi mamá es la más guapa y la más buena del mundo. Vamos a pararnos a ver un escaparate enorme, lleno de muñecas, pero sólo vamos a verlas. Ahí están las Mariquita Pérez con sus baúles llenos de vestidos, tan bonitas… Nadie me lo ha dicho, pero yo sé que esa muñeca no es para mí. Los niños y niñas de la posguerra teníamos una especie de sexto sentido, sabíamos que cosas podíamos pedir a los Reyes y qué cosas no.

De todas formas yo soy feliz en ese momento, voy con mamá y además llevo zapatos de charol.

2 comentarios:

Meli dijo...

Para mí uno de los colmos de la dicha era ponerme mis zapatitos de charol rojos.

Mar dijo...

Yo el año pasado encontré unos en las rebajas, tirados de precio, y me di el gustazo de comprarme el mismo modelo en rojo y en blanco. Qué tendrá el charol...